5 de agosto de 2019

La crisis de inoportunidades


En la prisión de la gran manaza me encontré entrerejado por caminar con excesiva calma...
Allí me encerraron con un hombre que cocinaba en silencio mientras silbaba, 
con una madre que sembró calabazas en el parque de al lado de su caja de ahorrores cristiana,
junto a una shadow que se sentó en un banco y jamás volvió a su falsa casa,
también había un joven que gritaba que cuidar de la vida era su trabajo y que con eso le bastaba,
y una voyeur que miraba admirada a la naturaleza más bárbara.. 
Todas nosotras fuimos encerradas por delitos de lentitud ofensiva, desobediencia pública, tenencia ilícita de fuerzas de c'almas, delicadeza impúdica y sencillez temeraria.
Poco a poco nos fueron sacando y llevando ante el tribunal de supremacía inconstitucionalizada.
Una vez allí una fue juzgada por herejía y sospecha al decir que no deseaba alcanzar los nobles ideales de nuestro país y que no lucharía por atesorar nada. 
Otra investigada por evasión de divisas y estafa por asegurar que lo tenía todo y no quería más pasta. 
Otra por injuria y traición a la patria al jurar que no creía en su vereda cultural y crearía una nueva al lado y sin vallas.
Otra fue encerrada por locura y blasfemia por asegurar que escuchaba la voz de la crisis y le animaba a romper las sagradas cadenas por estar compradas.
Y la última por corrupción del pudor y escándalo moral al confesar que miraba extasiada la puesta desnuda del sol y la noche ebria de estrellas fugadas.

Finalmente fuimos declaradas culpables y condenadas a ser ajusticiadas públicamente en la plaza del pueblo de cada una de las desgraciadas.

El día de la primera ejecución estalló una revuelta ciudadana y el cocinador silbante se libró de la guillotina huyendo con las masas.
En el segundo castigo ejemplar quebró la banca y los soldados se declararon en huelga por no cobrar su sueldo y la madre labriega se libro de ser fusilada.
La tercera pena de muerte tuvo que ser anulada por cortes de corriente en la silla electrificada y la shadow siguió meditando en su nueva no casa.
La cuarta fue condenada a ser crucificada, pero ocurrió un milagro ya otro sector se enfadó pq preferían lapidarla, otros más porque querían entregarla como ofrenda a las bestiales diosas sagradas, y comenzaron una pelea entre ellas y el joven prófugo se dedicó a cuidar a los heridos por la guerra santa.
Y la última iba a ser quemada en la hoguera, pero comenzó una tormenta tan grande que se declaró la emergencia climática y se terminó su condena mientras disfrutaba embelesada de la maravillosa potencia de la naturaleza enfadada.

Y yo... sigo escribiendo la historia... y a ver qué pasa.