25 de diciembre de 2019

CAPITULO 2. El despertar del ensueño humano.


En ese mundo vacío, solo con mis pesadillas, con mi mente abotargada por el miedo a tomar consciencia de la realidad, amontoné piedras y palos como un ritual que pudiera deshacer el sortilegio de la pesadilla de la realidad.

Tras horas amontonando piedras y palos caí rendido de cansancio... y nada sucedió. Pero no me podía permitir rendirme, así que decidí construirme una cabaña con las piedras y los palos. Saqué fuerzas de donde no creí tenerlas. Utilicé un palo para excavar donde irían los cimientos. Usé la tierra para unir las piedras. Hice ventanas con piedras grandes y palos gruesos. Coloqué un techo de ramas largas amontonadas. Y me metí dentro. Estaba más fresco y cobijado, y allí mismo me tumbé exhausto y me dormí.

Horas más tarde me desperté. Por un instante imaginé que fuera me esperaba alguna grata sorpresa. Salí. Y me volví para adentro.

Un enorme silencio me rodeaba. El hambre, la sed y la debilidad minaban mi cuerpo y mi mente. No había escapatoria... había llegado el momento de enfrentar la realidad.

Beber mi orina, comer tierra, cortezas y quizá carne putrefacta y alguna raíz seca que pudiera ser indigesta o venenosa... esas eran mis opciones de vida.

Dejarme morir, saltar por algún barranco... esas mis opciones de no vida.

Lloré desconsoladamente ante mi presente y mi futuro. Recé, rogué, pedí, supliqué... y me abandoné al aplastante silencio de la realidad.

En ese momento me empezó a arder el estomago. Una sensación de ira se apoderó de mí. Cogí un palo y salí afuera en busca de algo... que no sabía qué era... pero allá fui soportado y animado por una fuerza desconocida que me permitía olvidar mi hambre, sed y debilidad.

Elegí una montaña lejana para guiar la dirección de mis pasos y comencé a andar a buen ritmo apoyado en mi palo. Mis sentidos estaban altamente sensibles. Mi vista estaba aumentada, percibía cada detalle. Mi oído alerta. Todo mi cuerpo tenso. Mi atención estaba plenamente despierta y activa. Me sentí un animal capaz de cualquier cosa. Había odio en mis dientes.

Cuando llevaba un buen trecho andado vi un lugar que tenía aspecto de poder haber sido una huerta alguna vez. Me acerqué y comencé a excavar. Como me había imaginado encontré alguna raíz seca que no podía reconocer... y me las comí. Eran amargas y duras. Pero no tuve ninguna sensación de asco ni nada. Las mastiqué metódicamente y me las tragué. Mi estomago gruñó. Y seguí adelante.

Más adelante me encontré un animal muerto. Parecía un tejón. Olía a muerto pero no había ni moscas ni gusanos. Me tapé la nariz y con un par de palos busqué en su interior alguna parte o viscera menos podrida o con algún posible resto de sangre o cualquier otro liquido. Lo único que pude rescatar era lo que parecía ser el higado y los pulmones. Se lo arranqué y me lo comí. Por un instante tuve la sensación de que mi boca se humedecía. Mastiqué y me lo tragué todo. Hurgué un poco más en el cadáver y saqué alguna víscera más. Lo devoré todo y al terminar lancé un grito al cielo sintiendo una irá y un poder que jamás había sentido.

La noche caía. En ese instante me entró la primera sensación de temor que había tenido desde que salí. Me paré, resoplé y decidí volver sobre mis pasos hasta mi refugio para dormir y recuperar fuerzas para comenzar de nuevo el día siguiente.

Llegué a la rudimentaria cabaña. Por suerte no hacía frio y por desgracia no llovía. Me metí dentro con la última luz del día y me acurruqué como un ovillo.
Al pensar en que al día siguiente tendría que volver a empezar a buscar algo que comer me entró la angustia, entonces cerré los ojos con fuerza y resoplé hasta que me quedé dormido. Reconecté con la sensación de irá y me volvió la fuerza. Mejor no pensar...mucho mejor.

Dormí

23 de noviembre de 2019

CAPITULO 1. El despertar del ensueño humano



Durante la oscuridad previa a la promesa de la primera luz, tuve la certeza de que los espíritus húmedos y la hadas cálidas estarían tejiendo un manto para cubrir y proteger con él a la madre y acoger a los seres que vendrían atraídos a reconfortarse en su mullido abrigo.

Tras ello, no dudé de que los espíritus aéreos trenzarían los hilos que emanarían del ensoñar cálido de las bestias amansadas sobre el manto, y al hacerlo, huirían de su apresamiento las primeras gotas escondidas en el interior de las trenzas vaporosas, y comenzarían a correr en busca de la entrañas de la madre.

Más tarde, supuse obvio que las gotas acabarían descendiendo poco a poco hacia el lugar que habían abandonado atraídas por el ronroneo nocturno de las bestias apaciguadas. Y sería en la parte baja de la madre donde se encontrarían con el resto de las procesiones de gotas fugadas y reconstruirían su mundo líquido.

Pero me equivoqué en todo.

Cuando desperté y vi la luz del amar nacer, me precipité vertiginosamente sobre un asfalto maloliente cubierto de restos de seres despedazados.

Tras reponerme de ello agudicé el oído para sintonizar la frecuencia vibratoria del plácido ronroneo, pero solo se escuchaba el silencio calmo del páramo yermo.

Corrí colina abajo buscando el rastro de las procesiones en su tránsito hacia la tierra prometida. Pero solo encontré huesos vegetales estirados en último intento de llegar más allá de lo que sus ramas jamás comprenderían. Lloré desconsolado sumido en un estado de abandono absoluto. Y cuando el cansancio y la desesperación me abrieron las puertas del mundo de los sueños, la vi. Era la mujer más vieja que jamás pude imaginar. Allí de pie, quieta, como la imagen de un árbol milenario a punto de quebrarse. Con los ojos cerrados. Apenas respiraba. Me acerqué a ella curioso, olvidando mi congoja y mi dolor ahora de repente convertidas en una sensación que mezclaba admiración e inquietud. Ante la incomprensión y la inercia traté de comunicarme con ella.

- Hola…

Ni rastro de percibirme.

- Perdone…

Ni asomo de impacto.

- ¿Me entiende?

Ni un gesto siquiera de compartir la misma existencia.

Tras unas vueltas orbitando a su alrededor decidí tocarla para ver si reaccionaba. Alargué un brazo, abrí la mano, extendí un dedo...y la toqué.

- Hola.

Una voz clara, cálida y profunda sonó en algún lugar sin que ella moviera un ápice su boca. La escuché como si tuviera cascos en los oídos y me llegara directa su voz. Esperé a que continuara pero no hubo ni una palabra más. Llevado por la curiosidad y la intuición la volví a tocar repitiendo el ritual físico anterior..

- No hay por qué pedir perdón.

Volvió a sonar la voz en mis oídos. Dije bobadas en voz alta, me callé y volví a tocarla.

- Te entiendo perfectamente.

Súbitamente comprendí que respondía una a una a las palabras que yo le había dicho. Y de nuevo, guiado por la intuición, tomé contacto físico con ella y le hablé sin pronunciar palabra.

- ¿Cómo te llamas?

- No tengo nombre, soy quien ves.

Me respondió en su tono desprovisto de rasgos de edad ni género apreciable.

- Ah.. ya.. 

Balbuceé  

- ¿Y tú sabes qué es lo que ha pasado con el mundo que se suponía que debería estar para recibirme?

- Ahí está. Tal y como tenía que estar.

Me respondió sin rastro de emoción.

Yo me quedé dubitativo tratando de entender lo que me decía pero no era capaz de hacerlo. Así que volví a insistir.

- Pero… era horrible.

- Era tal y como tenía que ser. Perfecto.

Tras esa nueva respuesta me quedé totalmente descolocado sin saber qué más decir. En mi silencio volvió a sonar su voz.

- ¿Y tú ya has aportado tu parte?

- ¿ Mi parte? ¿De qué?

- De tu…

En ese mismo instante comencé a escuchar un crujido que se propagó en forma de vibración por el brazo y la mujer árbol cayó al suelo y se convirtió en un montoncito de pelo, ropa y restos de su recuerdo de un tamaño minúsculo en comparación con lo que acababa de ser un instante antes.

Sobresaltado desperté de aquel sueño tan real. Miré a mi alrededor y pude comprobar que estaba allí, en ese mismo lugar donde me había dormido. Era horrible… mente… real.

Volví a caer en la desesperanza absoluta.

Horas después me despegué del suelo movido por el hambre, la sed y el calor. Pero qué iba a hacer allí si no había nada de nada. Tan solo piedras y palos. Tan solo piedras y palos. Tan solo piedras y palos… Aquel pensamiento rebotó en mi cabeza infinitamente. Entonces recordé la pregunta… ¿Y tu ya has aportado tu parte?… Y sin saber muy bien por qué ni para qué, comencé a amontonar piedras y palos.

13 de noviembre de 2019

La felicidad cósmica del niño bomba outsideral


http://ntrzacatecas.com/content/uploads/2015/11/cielo-de-noche-silueta-de-un-hombre-estrellas-187079-1000x586.jpgSiempre digo que el roce hace el cariño y la distancia el olvido, pero muchas veces he sentido que el roce irrita y la distancia suaviza. Por eso decidí construirme una astronave gigante que me alejara de una vez por todas de amarte por júpiter.

Desde entonces llevo intentando llegar al fondo del universo infinito viajando en mi transbordador espacial de cartón pluma, dando vueltas día tras día, girando una y otra vez alrededor de la misma órbita conocida que siempre me lleva de regreso al mismo punto, a mi agujero negro de partida.

Allí dentro se potencian muchos de mis miedos, inseguridades, límites, vergüenzas y traumas. Ya sé que no son míos, que son impuestos por este sistema mentiroso y manipulador. Pero se me olvida y vuelvo a salir a navegar por mi mar de dudas sideral.

Pero ya estoy harto, así que les mando un mensaje a los poderosos del mundo de ahí abajo desde mi refugio galáctico, que les quede claro que si quieren que siga siendo una pieza útil y que continúe girando en la rueda del hámster, que me pongan un terapeuta gratuito en la puerta de casa o me vuelvo niño bomba.

Y no es que tenga un problema con la autoridad si no con el autoritarismo. Por eso prefiero ser un puto loco que obediente y sumiso.

Y no es que tenga un problema de adaptación si no con la aceptación de lo inhumano. Por eso prefiero ser un inadaptado que encajar deformado.

¿Qué le voy a hacer..? Yo quisiera tener la determinación del artesano... pero soy bamboleado cada siete horas por la pasión del artista. Esa que me lleva a estar despierto cada mañana de este nuevo viejo día de la marmota doméstica.

La gran putada es que después de tanto viaje aún no he descubierto cómo es la felicidad del outsider en la estratosfera... pues siempre recuerdo con anhelo la atmósfera de mi pueblo. Así que no me queda más remiendo que seguir viajando a la velocidad de la luciérnaga en mi cohete de feria por el unicoverso eterno.

29 de octubre de 2019

Yo misma



Hacer algo por el mundo que represento.
Embellecer al otro que reflejo.

Cuidar de la Naturaleza que soy.
Venerar este perfecto infinito que encarno.

Todo ello es amar al mar que soy sin dejar solo al sol que fui.
Es pisar el firme suelo de mi consuelo que detiene el viento de mi tormento.

5 de agosto de 2019

La crisis de inoportunidades


En la prisión de la gran manaza me encontré entrerejado por caminar con excesiva calma...
Allí me encerraron con un hombre que cocinaba en silencio mientras silbaba, 
con una madre que sembró calabazas en el parque de al lado de su caja de ahorrores cristiana,
junto a una shadow que se sentó en un banco y jamás volvió a su falsa casa,
también había un joven que gritaba que cuidar de la vida era su trabajo y que con eso le bastaba,
y una voyeur que miraba admirada a la naturaleza más bárbara.. 
Todas nosotras fuimos encerradas por delitos de lentitud ofensiva, desobediencia pública, tenencia ilícita de fuerzas de c'almas, delicadeza impúdica y sencillez temeraria.
Poco a poco nos fueron sacando y llevando ante el tribunal de supremacía inconstitucionalizada.
Una vez allí una fue juzgada por herejía y sospecha al decir que no deseaba alcanzar los nobles ideales de nuestro país y que no lucharía por atesorar nada. 
Otra investigada por evasión de divisas y estafa por asegurar que lo tenía todo y no quería más pasta. 
Otra por injuria y traición a la patria al jurar que no creía en su vereda cultural y crearía una nueva al lado y sin vallas.
Otra fue encerrada por locura y blasfemia por asegurar que escuchaba la voz de la crisis y le animaba a romper las sagradas cadenas por estar compradas.
Y la última por corrupción del pudor y escándalo moral al confesar que miraba extasiada la puesta desnuda del sol y la noche ebria de estrellas fugadas.

Finalmente fuimos declaradas culpables y condenadas a ser ajusticiadas públicamente en la plaza del pueblo de cada una de las desgraciadas.

El día de la primera ejecución estalló una revuelta ciudadana y el cocinador silbante se libró de la guillotina huyendo con las masas.
En el segundo castigo ejemplar quebró la banca y los soldados se declararon en huelga por no cobrar su sueldo y la madre labriega se libro de ser fusilada.
La tercera pena de muerte tuvo que ser anulada por cortes de corriente en la silla electrificada y la shadow siguió meditando en su nueva no casa.
La cuarta fue condenada a ser crucificada, pero ocurrió un milagro ya otro sector se enfadó pq preferían lapidarla, otros más porque querían entregarla como ofrenda a las bestiales diosas sagradas, y comenzaron una pelea entre ellas y el joven prófugo se dedicó a cuidar a los heridos por la guerra santa.
Y la última iba a ser quemada en la hoguera, pero comenzó una tormenta tan grande que se declaró la emergencia climática y se terminó su condena mientras disfrutaba embelesada de la maravillosa potencia de la naturaleza enfadada.

Y yo... sigo escribiendo la historia... y a ver qué pasa.

31 de julio de 2019

Canciones para desenmascarar al peligro

Tengo que bajar a comprar pan, leche y huevos
no quisiera, pero las tripas me gruñen como hurones hambrientos.
Me quito las legañas con los dedos y me echo colonia barata en los sobacos
cojo el dinero, las llaves, las gafas de sol, el paraguas y el sombrero
y finalmente rezo
le pido al dios perro que me agudice el olfato
y me guíe por los caminos correctos
y me proteja de los infinitos peligrosos senderos.

Salgo y cierro la puerta con ocho vueltas de llavero
como si tuviera un tesoro enterrado en el cubo azul bajo el fregadero.
Me dirijo al ascensor para bajar desde mi piso 24
pero prefiero abrir la ventana y salir volando.

Desde el cielo aparto a las gaviotas carroñeras con mi paraguas viejo.
Apenas veo con las nubes densas que huyen al cielo
desde el tubo de escape de los mil camioneros
que se pelean por kilos de carne y migas de besos.

Entre el cemento, el hierro y los arboles desolados e incrédulos
veo cosas que se mueven como en un videojuego.
Es una masa humana que se choca con escaparates
y sufre a cada paso de su desastroso paseo.
Y el dolor se acumula en cada uno de los adoquines de la gran vía
en los probadores de ropa, en las pescaderías y zapateros.
La miseria se transporta en cables invisibles por el universo
y se desparrama por las pantallas del mundo entero.
Pantallas pequeñas, medianas y gigantescas
que combinan tragedias con refrescos.

Yo no me poso, ni para dar un paso de sapo y comprarme sopa.
Sigo volando...
... quizá encuentre un oasis en otro paraíso planetario.

De repente me llega un sonido
es música que viaja cómoda en el viento vivo.
Es potente, poderosa, y transporta un respiro.
Es expuesta, violenta, ofensiva pero cierta.
Es una cuchilla que cura
una denuncia que perdona
una liberación al compartir la condena
un rayo de sol en el corazón de la tormenta.

Pero se termina
y se derrumba como un rascacielos de piezas de tetris.
Y los murciélagos vuelven a colgarse de sus cuevas.
Y las almejas y mejillones cierran sus conchas y las sellan.
Y las avestruces corren a los campos de golf para enterrar sus cabezas.
Y se cierran los quioscos de la rambla encarcelando flores de agathea.

Me vuelvo a casa
ya se me pasará el hambre en la cama
ya se me olvidará el hombre en la ducha
ya se me vaciará el cerebro en la sala.

Y ya limpio me duermo en el sofá
soñando con las montañas nevadas
con los torrentes entre los bosques de hayas.
Y con volver a escuchar aquella música
en mi despertador de pantalla plaga.

21 de marzo de 2019

Ecosistema “El Cubión”

1. Desequilibrio

Explotamos la Naturaleza hasta hacerla tambalearse..
Explotamos nuestros cuerpos hasta hacerlos enfermar…
Explotamos a los animales hasta hacerlos vivir en un infierno…
Explotamos a nuestrxs semejantes hasta hacernos vivir sin calma…

Quizá deba apoyarme
con todas mis fuerzas
en el otro lado 
de la balanza eterna 


2. Necesidad, deseo, impulso

Siento la necesidad de caminar hacia atrás, de hallar las huellas de nuestros pies caminando en dirección a las raíces de nuestra Naturaleza.

Siento el deseo de calmar el dolor del mundo… suma del ego y mi dolor...

Siento el impulso de avanzar hacia un lugar donde el tiempo camine lento y el amor rápido.

Aunque… soy consciente de que quizá se quede todo en esta hoja de papel, que ni es hoja, ni es papel…


3. Primer intento 

Voy a intentar imaginar algo que dé respuesta a este tormento...

Intentar sintonizar con este movimiento humanatural y servir a este devenir evolutivo en movimiento. 


3. 1 Soporte y cobijo

3.1.1 Soporte

Cuidar… con cuidado.
Cuidar a las personas.
Cuidar del proceso.
Cuidar la tierra y sus ancestros.
Cuidar el agua en sus caminos.
Cuidar el viento.
Cuidar cada instante con esmero.
Cuidar cada inimitable semillasueño,
para que se convierta,
a su debido tiempo,
en la árbolrealidad de otro momento.


3.2 Cobijo

Dar fruto bajo la sombra del árbol más viejo.
Bañarse en el rico magma orgánico del bosque eterno.
Nutrirse de la savia dulce de la ortiga blanca.
Esto ya lo hicieron otrxs, y nosotrxs detrás, a su amparo, lo mejoraremos.


3.2.1 Tejados y Pérgolas

Bioconstrucción.
Autoconocimiento.
Agroecología.
Permacultura.
Facilitación.
Regar estas y otras palabras que el corrector aún no reconoce...


4. El arte de la lluvia

El arte tiene las virtudes de la lluvia en la vida.
La lluvia artística se cuela por los huecos de nuestras conciencias para limpiar lo impuesto.
Hidrata lentamente la piel reseca de nuestro verdadero rostro.
Deshace la máscara social de cartón piedra y revela la verdadera profundiad de nuestra naturaleza.
Disuelve en su agua limpia la división mental que nos mombra como humanxs y nos separa de la Naturaleza animal que nos anima.
Esculpe la piedra con paciencia, hasta crear su propio camino.
Crea estanques en los que poder sumergirnos para buscar inspiración pues es el alimento líquido de la creatividad infinita e imparable.
Se convierte en el primitivo caldo mágico para la celebración y el culto.
Inventa el lenguaje que permite expresar la fascinación por la existencia,
Es el vehículo místico que conecta con lo que está oculto, posibilitando la transmutación de lo prohibido en algo que el grupo pueda tragar, digerir y disolver en lo cotidiano.


5. Sentirse acompañada

Y las esperanzas crecen hasta convertirse en comunidades verdes.

Juntas alrededor del fuego solar como acogedoras familiar boscosas que bailan al son de un mismo ritmo tribal. 


6. Matrioskas, gentes, montañas, piedras y praderas

6.1 Matrioskas

Un sueño humano en “El medio Cubión” en el centro de “El Cubión” en el barrio de “El Tabladillo” en el poblado de “Bustablado” perteneciente a “Arredondo” en “el valle de Asón” en Cantabria….infinita..


6.2 Gentes

45 personitas en las faldas del puerto de Alisas.


6.3 Montañas

Un mosaico de prados de pastos y siega con bordes de robles, fresnos, avellanos y algunos castaños.

Manantiales que brotan y se recogen en abrevaderos de ganado

Cuevas que recorren el cuerpo montañoso.

Jabalíes, Corzos, Lobos, Lechuzas, Cárabos, Garduñas, Tejones, Águilas, Zorros, Sapos, y miles de trinos que colorean el silencio sagrado.


6.4 Piedras

Arredondo… “Harri ondoan” Mágica montaña kárstica que talla maestros canteros.


7. Paseando

Pasear
pasito a pasito
concentradxs
y el resto
se ira dando.


8. El fantasma sin sábana

Así que lanzo
la semilla cubierta de barro
a ver dónde cae
y qué va pasando.


12 de marzo de 2019

Trasmutar, el arte de lo prohibido

A menudo a los poetas
les duele la espalda
por la infinita responsabilidad
que cargan sobre sus hombros
de dar forma a lo invisible
y voz a lo innombrable.

24 de enero de 2019

Antología Poética: Las tristuras del Chamán


No todas las estrellas
son fugaces
no todas las lágrimas
son poemas..
.. por eso
cojo la nada
la mezo
la suelto
y cae
convertida en flor.

14 de enero de 2019

Antología Poética: El abrazo de nuestra realidad


Cierras tu mano
sobre una espina
de mi Rosa
a la que amo
para que no se hunda
en la piel
de tu caricia.

7 de enero de 2019

Antología poética: Las afueras de ciudad cobardía.


Emocionado como un crío
le abro la puerta al corazón
desordeno mi sexo
siento las caricias como un milagro
que soy
hijo del misterio
merezco todo
para ayudar con mis carcajadas
a Dios en sus deberes.

Que ello me permita enamorarme
de la niña a la que le dicen fea
y que libera palabras tormenta
para asestar letras mortales
a los versos conjurados en dar vida.

Sólo el amanecer escucha
el gorjeo del pájaro amante
que anida en el árbol de las lágrimas,
cantando de mi vacío,
riéndose en compasivos trinos
de nuestra niñura.

Yo en él ... seré Tailandia ...
... no ciudad cobardía

3 de enero de 2019

Antología Poética: El silencio de los labios Ruiseñores


Entrego mi flor al fuego
en sacrificio
para que se transforme en fruto
que ofrecer
a cambio del placer
de ser comido.

Atrapado en el primer verso
peinado
no retozo con la mozuela
que me lame las vergüenzas;
sólo soy un tranvía
extasiado ante la mariposa.

Despojos de relojes
desperdicios de besos
ruinas de ilusiones
desechos de orgullos,
todo yace putrefacto
en el vertedero de las inconsciencias;
y al otro lado,
el silencio de los labios Ruiseñores.

Abiertos de par en par los brazos
abiertas las puertas y las manos
abiertos los ojos
navegando los mares
utilizando el sextante
y confiando en la suerte;
dándolo todo
con la mano extendida
abierta y vacía
en posición
de recibir limosna.

Y mis pies son otros labios
besando los pasos
que pasean mis besos.