24 de diciembre de 2018

Antología Poética. Los peces sin color de los estanques.


Se me caen los recuerdos gusanos
transformados en mariposa olvido.
Escarbo la tierra negra
con mis manos
con mis uñas
desentierro los versos
que duermen muertos
me tumbo sobre ellos
y duermo
en este sublime momento
de mi sexo en contacto
con la hierba fresca.
 
Nadie croa
con los peces sin color
de los estanques.
Nadie me abraza
y me lame
la noche desnuda
de milagros.
 
La poesía embrutecida
grita por las ferias
de maltratadores de palomas
y pasa volando
sobre la hoja del libro
para posarse acurrucada
en la rama podrida de su soledad.
 
No es de nosotros nada
si no el borrarnos
con el roce ardoroso
de la rodilla en el suelo.
Guardemos bajo la piel
las perlas del firmamento
y disparemos cosquillas
en el campo de batalla.

Qué somos, si no todo
en el segundo sin medida
de cada orgasmo
en que nos abandonamos
a la nada.
Qué somos
si no anónimas deidades. 

Bravo por mí
payaso sin nariz.

16 de diciembre de 2018

Antología poética. La niña pálida



La nana
que soleá
canta a la tierra,
nana que colorea mi nana
de niño en guerra.
A susto el rito profundo
volar de alas
allí me lleva,
nana que colorea mi nana
de niño en guerra.
 
Y despierta la rosa
del trance mimosa
cubierta de escarcha
con su vestido nuevo
regalo sagrado
del caballo negro
de crines que cubren
desnudo
al día que yace
hermoso
a los pies del cielo.

Más llora la Luna en rocío
por la noche muerta
y sangra en el alba un mirlo
una saeta. 

Debo de ser una niña
con mil años en las uñas.


20 de abril de 2018

El farol apagado de noche y encendido de día.

Siempre ando buscando algo
una respuesta
una luz
otra vida.
Pero quizá
mi soledad y yo
seamos la respuesta
mis quimeras y yo
seamos la luz
y mis perras y yo
seamos la vida

Siempre estoy persiguiendo algo
una ascensión
un salto
un giro.
Pero posiblemente
nunca sea otra persona mejor
de lo que hoy soy
ni sepa nunca nada más trascendental
de lo que hoy sé
ni sea más feliz
de lo que hoy he estado siendo.

Siempre estoy deseando algo
un trabajo mejor
una casa más grande
un coche más rápido.
Pero quizá
no exista mejor trabajo que yo pueda desempeñar
ni exista casa más a mi medida que esta
ni coche más potente que pueda manejar.

Siempre soñando con algo
con mi momento de gloria
con mi segundo de éxtasis
con mi minuto de fama
con mi año dorado
con mi vida de éxito.
Pero quizá
nunca llegue
ya haya pasado
sea telebasura
una estrategia de mercado
o una bobada.

Siempre estoy añorando a alguien
a ellxs
a ti
a él
a mi.
Pero quizá
no sean mi verdadera manada
ni tú seas la mitad de mi media nada
nadie mi salvador
ni exista ese otro yo que no sea este
Don Jose Angel Nadie o Jose Ibn.

Así que quizá
siempre haya estado en duelo
por algo que nunca tuve.
Siempre estuve de luto
por alguien que nunca perdí.
Siempre esté de resaca
por algo que nunca tragué. 
Y siempre de despedida
de quien nunca conocí.

En fin
se acabó
fin.



10 de abril de 2018

La mentidora


Cada noche me pregunto la misma pregunta
y cada día me respondo con la misma arrogancia.
Cada noche me pierdo entre la conocida duda
y cada día me encuentro entre la segura ignorancia.

Calla cabeza
no hables de lo que no conoces
no hables de lo que no tienes ni idea
por favor te pido que no hables de aquello en lo que no creas.

Y vuelan aves de colores por los bosques en la noche negra
y saltan plateando peces en la marinera magia.
Y suenan cascabeles entre la música de las caderas
y se abrazan en la cama lxs amigxs de la infancia.

Estoy harto de ti mentora de la mentira
luna llena de razones tristes y coherentes
harto estoy de la cadena sibilina
de atender dos quejas repetidas infinitamente.

Escucho cantar los mirlos y ruiseñores
cantan canciones secretas
lo hacen de noche cuando nadie les oye
recitando las respuestas que todos esperan.

Se me terminan los segundos para desenvolver lo que me regalas
lo abro deprisa rompiendo el precioso papel acordado
y se asoman tímidas y misteriosas como hadas
las ya tan conocidas lágrimas de lo ignorado.

Buenas noches estrellas del firmamento
os prometo que mañana dejaré de pediros deseos.
Buenos días rocío del alba
te prometo que esta noche… bailaré contigo hasta mañana.

26 de marzo de 2018

Los perros del reloj sin tiempo.


Huelo a persecución sin pausa
a calma fingida
mientras la mirada vuelve
intermitente
hacia el rastro de la huida.
Los perros del reloj
me enseñan sus colmillos de tiempo
algo roidos
pero aún fieros.
Yo, les intento acariciar
superando mi viejo miedo.
A veces me muerden la mano
pero ellos no quieren hacerlo
y me devoran
tan delicadamente
que apenas me quedan marcas de sus dentelladas
en mi recuerdo...consciente.
Pero sigo corriendo y corriendo
con la ilusión del ensueño
de que algún día
igual
a lo mejor
quizá
puede
que tenga suerte
y consiga vencerlos
definitivamente.
Finalmente abandono mi sueño
abandono mi huida
abandono mi miedo
y por fin
a la fuerza vencida
me detengo.
Los perros se paran tras mis pies sin entenderlo
respiro hondo
siento mis emociones aporreaando las puertas de mis ojos y mi pecho
me doy la vuelta
levanto la cabeza les miro despacio
con respeto
y les pregunto perdido
como una liebre en un canodromo en el infierno
¿Por qué nos estamos persiguiendo desde hace tanto tanto tiempo?
Pero no me responden
y se miran
fijamente
sin caras de perro
y se quedan allí sentados mientras yo comienzo con mi regreso
para volver a tomar las riendas de mis temores
y soltar las de mis excesos
sin más ataduras
ni morales
ni credos
que las que me marquen los límites infinitos
del camino excitante
de mis propios deseos.

18 de febrero de 2018

La alegría de la muerta

Hay tanto silencio... no se escucha nada... ¿Quién desentierra la puerta de mi madriguera?

Yo soy el temblor de tierra que derrumbó mi casa. Nadie se puede acercar porque no me muevo, no salgo de las sombras de mi as hombro, por si acaso se resquebraja el suelo que no piso, por si acaso se desenmascara el juego en el que somos el sueño de las fichas que nunca se salieron de sus casillas.

Escucho un tambor y leo... es el ritmo de la tribu de mis dientes chocando contra el hielo. Miro por la ventana y sueño que voy...que voy... y vuelvo... sin haber llegado más allá del marco, del quicio, del umbral, del... sueño.

Entre las notas de lluvia que salpican las puertas de los bares, algunas, te mojan los oídos y se te escurren desde los temas pendientes de tus orejas para precipitarse repetidamente por los hombres, uniéndose solidarias en el exilio, hasta formar un río que consigue traspasarte la ropa y llegarte a mí.

Que no te des tierra, que no, que no te des en tiendas por cuatro penas. Que no es para tanto el poco sentido que tiene la existencia. Que no es para tantos el poco sentido que tiene la existencia.

Pues eso,
que nada,
que sólo hay silencio en mi madriguera,
así que no salgo del juego en el que voy,
empapada hasta los sesos,
de flor en flor,
de puedo en puedo,
y callo,
triste como un ciervo viejo,
porque no me veo,
y es complicado caminar sin bastón
ni perro
sin ser ciego.