7 de abril de 2012

LA SECTA DE LOS ILUMIWATER


Estaba sentado en la taza del water, con los pantalones por las rodillas, en mi mejor momento, esperando a que Marilyn Monroe apareciera con sus faldas de vendaval para suplicarme sexo. Soportando el mundo desde mi cúspide de la razón de la existencia.

Entonces,… en aquel mismo instante,… me iluminé.

En aquel instante lo vi todo claro. Comprendí el sentido de toda la existencia. Suponía tan solo, algo tan sencillo como… tener una buhardilla en Manhattan, cabalgar una Harley Davison por las infinitas llanuras de Arizona. Comprarse una isla en las Maldivas y ponerle el nombre de tu último periquito muerto. Cruzar Rusia en un trineo tirado por los hijos de colmillo blanco. Follar con un joven operado que vive creyéndose ser la reencarnación de la fallecida  Amy Wynehouse mientras te toca en directo Elton John una canción sobre la libertad.
Era tan solo eso, nada más sencillo y fácil de realizar. Tan solo eso suponía realizarse como ser humano. Y yo toda la vida buscando un sentido transcendental a mi vida, y estaba delante de mis narices.

En ese momento me levanté iluminado por aquel rayo de conciencia sublime y perfecta y me encaminé hacia el banco para sacar todo mi dinero y disponerme a iniciar mi viaje espiritual.
Pero… que gran contratiempo, me olvidé de subirme los pantalones y me caí por las escaleras rodando como una rosquilla moderna que a fuerza de golpearse infinitamente se acaba convirtiendo en un donuts. Con tan mala suerte, que debido a mi impulsividad lumínica también me olvide de limpiarme el culo, y en aquel rodar tan perfecto acabe hincando mi prominente nariz en mi profundo agujero negro.
Cuando llegué abajo de las escaleras, para mi mayor sorpresa me estaban esperando un sequito de personas que tenían la punta de sus narices del mismo color que la mía tras insertarse en mi orificio de salida. Al detener mi doloroso rueda-crucis todos se arrodillaron y rezaron un salmo extraído del libro titulado “como triunfar siendo un imbecil”  Y sintiéndome unido a Paulo Coelho en su viaje interior por el camino de Santiago me tuve que masturbar para expresar mi jubilo inexpresable a través de mi boca de borderline.

Hoy hace exactamente 14 años de aquella experiencia mística, y solo puedo decir que no he sido capaz de cumplir ninguna de aquellas visiones mágicas. Hoy a mis 48 años tengo que declararme públicamente como un ser que ha perdido su vida estúpidamente sin conseguir realizar ninguna de esas simplezas que hacen de la vida algo digno de ser vivido.
Y es por eso que decido cambiar mi raza y convertirme en un chimpancé de la isla de Orinoco, una especie única que solo se conserva en el jardín flotante del matrimonio de los Luttenberg, pareja famosa por viajar desde Alemania para crear un nuevo arca de Noe en la que no tenían cabida los animales que les recordasen a dirigentes políticos y militares de renombre histórico. (Lastima de hienas que se perderán en la infinita lista de la extinción por estulticia)

Así que en este cumpleaños os invito a convertiros a la secta de los Ilumiwaters, porque son el futuro, que hostias, son el presente, son la única salida, son …la gran mentira a la que la locura nos da acceso para liberarnos de la conciencia de esta mierda de mundo y transportarnos a otro mundo perfecto, donde la estupidez es la joya de la corona que toca nuestra cabezas levantadas con un collarín Masai que alarga la dignidad, cual Yess Extender el pene de los hijos de madres castradoras y padres con complejo de culpa sin expresar.

Y al levantaros de vuestras letrinas, impulsados por la luz de vuestra nueva conciencia iluminada,… no olvidéis limpiaros bien y subiros los pantalones, porque será lo único que os salve de despertaros del sueño de luz por el intenso olor que proviene de vuestras mismas narices pigmentadas por el ejercicio yoguico del rosquiladonusmanhathan.

Buena suerte, y que mazo chakras os eviten pasar por el Budhas Factory.

5 de abril de 2012

A veces ... perdemos


Cuidadito que me brotan el sarcasmo, el cinismo y la ironía de las suelas de mis botas, y me río hasta de Janeiro.
Cuidado que las lágrimas ya dejaron limpio el paso a la brutalidad y el macarronismo poligonero y cafre. 
Ahora todo está húmedo, y resbalan las cosas importantes por mi mente tobogán y saltan fuera de mi compasión para estrellarse contra los bordes casi inexistentes de mi perímetro limitante de corrección exterior.

Hoy me río de los listos, y me río de los tontos. Me río de los correctos, los santos y de los libertinos. Me río de las responsables, las liberadas y de las descerebradas. Me río de las respetables, coherentes y de moral intachable. Y me río de los chulos de coche tuneado, de los empollones de gafas de pasta, de los aventureros de pacotilla, de los espiritualoides baratos, de las ejecutivas agresivas. Me río de los soldados, policías y demás obedientes sin personalidad. Me río de los curas, las monjas y de los corderos degollados. 
La sociedad es un perfecto teatrillo en el que la inmensa mayoría representamos unos papelillos sin relevancia en la estructura dramática, sin ningún tipo de  repercusión en el hilo argumental, sin poder para modificar el desenlace y posiblemente invisibles en los títulos de crédito. Y yo hoy, me río de nuestra inmensa estupidez, la cual nos hace creernos el papel que representamos, y en base a esa seguridad tan aplastante somos capaces de matar por defender nuestro pedazo de papel secundario sin frase.Me río de todo, bueno de todo no, hay cosas y personas que no me hacen ni puñeterisima gracia.

No me hacen gracia ninguna de las personas que se encuentran en las altas esferas de esta sociedad putrefacta. No me hacen gracia los políticos poderosos, ni los banqueros influyentes, ni los religiosos omnipotentes, ni los empresarios todopoderosos, ni la realeza soberana, ni los altos cargos militares asesinos.
Pero a esos poderosos hijos de mala sangre, hoy les deseo lo peor que les puede pasar, les deseo convertirse en victimas de sus propias barbaridades. Les deseo que pierdan el poder, que pierdan el dinero, que pierdan el estatus, que lo pierdan todo y se diluyan en la masa borreguil, que vivan dentro de su peor pesadilla sin poder escapar de ella, sin un mañana donde despertar y volver a ser quienes eran y tener lo que tenían.
Aunque bien mirado parece que puede ser hasta un favor, porque iban a aprender un montón, pero bueno, pues que aprendan pero sufriendo, jodidos y sin posibilidad de disfrutar de clemencia, compasión ni piedad. Que cumplan su merecido castigo. (que pena que no crea en la justicia, ni humana, ni divina, ni poética)

Que buen rollo eh? Como mola esta vida guay. Cuanta libertad, independencia, autorrealización y felicidad, verdad? Si es que tenemos una suerte, ayy! Cuanto peor viven en otros lugares, en otros lugares que hemos jodido claro, en otros lugares que nos empiezan a afectar. Y mañana posiblemente nos toque vivir a nosotros en esos otros lugares, y diremos: Ayyyy! Cuanto peor vivirán en otros lugares! Y nos inventaremos las excusas necesarias para negar nuestra miseria real. Bendita capacidad de tragar mierda.
Y con esto no quiero decir que no haya cosa buenas en esta vida, las hay y muchas, pero generalmente estan en la naturaleza o en la esencia de las cosas y el sentido profundo que se esconde detrás de tanta basura. Pero esta belleza no resta ni un ápice la inmundicia que nos rodea, simplemente la hace más real y le da sentido, nada más.

No somos así o asao, estamos de alguna forma momentánea y cíclicamente, y yo hoy estoy así, hecho un volcán triste que escupe lava en forma de palabras cenicientas. Se que nadie me lo tendrá en cuenta, porque apenas aparezco en un par de escenas y solo soy un extra que pasea por el fondo de la escena sin mirar a cámara. Así que me permito el lujo de babear espumarajos públicamente, sabiendo que mañana me despertaré de otra manera y veré la misma mierda, pero maquillada por mis gafas de disfrazar miseria, y nadie recordará que ayer me escurría lava por la barbilla, y no llevaba lavero.