La manifestación del 29 M, no ha sido una manifestación más, había
algo, un germen de algo que comenzaba a abrirse camino entre la espesura de
nuestro cazurrismo social.
Había algo que se podía sentir,
pero no se podía conocer. Era algo
que yo considero que es la base necesaria para que se de un cambio social real.
El corazón, las emociones y los sentimientos.
Pero eso no se podía conocer,
porque si intentabas examinar mentalmente lo que allí estaba sucediendo el
cambio era apenas perceptible. Es cierto que había mucha gente y de diferentes movimientos
y pensamientos, y eso ya es un cambio. Pero cada uno de esos grupúsculos estaban
acotados por carteles y demás mensajes mentales, que no hacían otra cosa que
delimitar una diferencia con el resto de los allí presentes. Por eso no se podía
conocer, porque mentalmente, seguía
habiendo desunión.
Pero emocionalmente, comenzaba a haber unidad. El
sentimiento real era que estábamos allí todxs juntxs, en el mismo
espacio-tiempo por una misma causa-mierda.
Pero sobre todo pude observar que había una dicotomía
paseando entre la gente, estaban mis inseparables amigos, los siameses
amor-miedo. Había gente que protestaba asustada por algo que les quitaban y que
parecía amenazarles sus bolsillos-estabilizadores de vida (Aunque todxs sabemos
que el dinero es solo un placebo mental y la
estabilidad no existe.) Pero también había gente que simplemente soñaba de
corazón con un mundo mejor, un mundo sin tanta mamonada y donde se pueda hacer
las cosas sin tener que estar preparado para saber por dónde te va a venir la
hostia. O visto desde el otro lado, estar preparándote para saber por dónde
darle la hostia al otro, no vaya a ser …que te la den a ti
La mente no es la solución, es el problema. Con ella no
vamos a salir de este entuerto, la única salida está en la confesión pública de
nuestras miserias y debilidades, y de nuestras pasiones y esperanzas. Solo así
no seremos jueces que son juzgados, seremos personas creciendo, personas que
hierran mientras aprenden y que necesitan del respeto y apoyo del resto en ese
mismo proceso en el que nos incluimos todxs ineludiblemente.
Y qué si queda camino? Pues un montón, hay mucho que caminar
para encontrar estructuras aglutinantes y actitudes respetuosas. Pero algo es
algo, o es mucho, porque tampoco podemos esperar que ahora de repente se vayan
a deshacer nuestras estructuras mentales disociativas que lo único que hacen es
acotar asustadas las diferencias existentes entre tú y yo, no vaya a ser que yo
desaparezca. Llevamos siglos montando
este circo, ahora desmontarlo va a llevar otro tanto tiempo.
Así que dejemos de defender asustadxs nuestra miserable parcela
en el país de "Yoeland", y quizá al soltar amarras descubramos que,
sorprendentemente, detrás de lo que nos asustaba y de lo cual huíamos, estaba esperando
escondido lo que buscábamos.
Imaginemos, soñemos, creemos nuevas maneras de estar y vivir,
pero sobre todo, dudemos de lo que creemos que sabemos, porque es mentira, es la
mentira que nos ha servido de realidad, pero que ya no sirve. Hagamos explotar
nuestros sistemas de creencias porque son estupidos y caducos. Desnudémonos por
favor, pero no nos desdudemos. Y que la próxima manifestación sea diferente, creativa,
divertida y emocionante. Que sea un regalo, una fiesta a la que queremos
acudir, la fiesta de la transformación, un ritual cíclico al que tenemos que
rendir culto para que nuestra tendencia a fijar las cosas como algo que sirve
para siempre vaya dejando paso al ciclo de la renovación constante que es la
vida-muerte-vida.
Nos vemos en las calles.