19 de marzo de 2020

Capítulo 4. El despertar del ensueño humano.


Y entonces tuve una visión

Vi que el mundo nunca había sido real para mí, solo tenía una imagen parcial que pertenecía al foco de mi mirar. Y en ese mirar había todo un desarrollo de lo que quería y esperaba ver en la pantalla. Pero no abría el objetivo para poder ver de forma panorámica todo el escenario, en la periferia se quedaba fuera lo que yo temía que fuera real, y al descartar los paisajes del mundo de lo indeseable negaba la realidad en su más amplio espectro, y me negaba a mí mismo.

Y no solo eso, si no que en un segundo descarte también lo superficial se quedaba fuera, y con ello, casi todo lo que me rodeaba, todo lo que yo suponía que amaba... pero que deseaba transformar en algo o alguien mejor... anulando con ello la perfección de la realidad sin espectativas...

La visión me impactó en un instante como si me hubiese sido repetida durante cien años hasta que me penetrara hasta los huesos. Y me hizo despertar...

- Esperaaaa!!

Grité apresuradamente a la mujer para que detuviera la caída de su guadaña.

- Espera un momento por favor, necesito hacer una última cosa.

- Claro ¿Qué es?

- Necesito despedirme de mi gente…

- Bien, yo estoy aquí porque me tú has llamado, tómate el tiempo que necesites.

- Gracias.

Y desde ahí mismo, sin moverme, entrelacé mis manos, cerré los ojos y comencé a hablar en mi interior.

- Lo siento mucho familia y amigxs, no he sabido lo importantes que erais hasta que os he perdido. En este momento siento que nunca he tenido tiempo para vosotrxs, al menos no el tiempo que os merecíais ni de la calidad que debería.. Solo quiero que sepáis que en el fondo siempre creí que todo lo que hacía era para que algún día os sirviera también a vosotrxs… pero ha llegado mi día… y no he logrado mis objetivos, y tampoco he estado con vosotrxs, ni conmigo, ni con nada, ni con nadie… lo siento… mucho, de verdad. Y lo siento por mí, porque no supe verlo a tiempo para reaccionar. He vivido una maratón en pos de lo inalcanzable, infatigablemente, sin descanso… y durante toda la carrera he dejado pasar lo que buscaba por no ser capaz de reconocer que ya lo tenía, que siempre estuvo aquí conmigo. Y ahora, consumido al final de la carrera, me derrumbo ante una cinta de meta que se aleja a cada paso, y que ahora sé que nunca iba a alcanzar. Y miro hacia atrás buscando mi punto de partida, mi origen, mi casa… y queda muy muy lejos, invisible, e igualmente inalcanzable. Y esto es todo lo que soy, y lo que dejo. Sé que me perdonáis y me comprendéis, y eso me ayuda a marchar en paz. Gracias por todo de todo corazón, hasta siempre.

Lentamente, comencé a desentrelazar las manos, abrí los ojos suavemente.La mujer se acercó de nuevo y me miró.

- ¿Quieres que continúe? Recuerda que tú decides..

Yo asentí con un gesto y ella volvió a alzar la guadaña sobre su cabeza, alto, muy alto, hasta que el filo relumbró con el reflejo de un rayo de sol, y volví a cerrar los ojos, escuché el canto de los pájaros en busca de sus parejas totalmente ajenos a mi momento. Quizá no existía ya, quizá nunca lo hice.. quizá simplemente solo fue... un ensueño humano..


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