Un día me paré a pensar en mi soledad, en mi angustia, en mi
desasosiego, en mi inexistencia,… en nada.
Ese día salí a la calle, solo, pasé por delante de una
tienda de animales, y tres minutos después salí con un perro entre mis piernas.
Decidido me dirigí al parque más próximo y allí me puse a
conversar animadamente con todas las personas que allí paseaban a sus perros. Ese
día y los sucesivos hablamos de celos, de alimentación, de antipulgas, de
correas, arneses, bozales, piensos, camas, castraciones, adiestramiento,
cachorros, destetes, mierdas, meadas, veterinarios, perreras, adopciones, etc.,
etc. Fueron momentos maravillosos que siempre recordaré con cariño.
Pero otro día volví a detenerme a pensar y…
... pasé por delante
de un bar y a los tres minutos salí con un bebé entre las piernas.
Con mi bebé y mi perro pasee por el parque para conversar
animadamente sobre chupetes, biberones, cólicos, sueño, alimentación, pecho,
lloros, juguetes, cunas, educación, sillitas, cochecitos, ropita, dientes,
pañales, potitos, cremitas, etc., etc. Que grandes instantes viví, desde entonces forman parte inseparable de mí.
Tres meses después me volvió a dar un ataque de pensamiento y…
… pasé por delante de una librería y a los tres minutos salí
con el equipaje del Atleti entre las
piernas.
Con mi perro, mi bebé y mi habito me pasé por el parque y me
puse ha hablar de fueras de juego, penaltis, tarjetas, escuadras, cambios,
taconazos, vaselinas, rabonas, faltas, árbitros, porteros, suplentes,
palomitas, entrenadores, clubs, fichajes, lesiones, estadios, entradas,
hinchadas, canteras, ligas, etc., etc. Cuanto aprendí y disfrute de estas veladas de discusiones infinitas y enriquecedoras.
Poco tiempo después tuve un sueño revelador y…
… pasé por delante de una discoteca y a los tres minutos salí
con el kit Zen entre las piernas.
Con mi perro, mi bebé, mi ropa del Atleti y mi sabiduría Zen
me fui al parque para hablar de meditaciones, mantras, asanas, respiraciones,
mandalas, koans, monjes, arcos, música, te, limpiezas, artes, salud, vacío,
ser, atención, silencio, pureza, sencillez, etc, etc. Ahhh, que lindos vahos de sutil impermanencia aún pueblan mis remansos de volatil existencia.
Dos semanas después me cayó un rayo y …
… pasé por delante de una tetería y a los tres minutos salí
con el carné del Partido Politiquista entre las piernas.
Con mi perro, mi bebé, mi ropa del Atleti, mi sabiduría Zen
y mi carné del Partido me di una vuelta por el parque para departir sobre
mociones, escaños, leyes, diputados, enmiendas, votaciones, sanidad, carteras, elecciones,
ministerios, hemiciclos, justicia, bancos, ejércitos, PIB, sostenibilidad,
bolsa, etc., etc. Supongo que el destino de pueblos y paises han sido modificados por estos momentos de implicacion personal en la mejora del mundo.
Un día después el viento se llevó mi casa y…
… pasé por delante de un ayuntamiento y a los tres minutos
salí con una camisa de fuerza entre las piernas.
Con mi perro, mi bebé, mi ropa del Atleti, mi sabiduría Zen,
mi carné del Partido y mi camisa de fuerza me pavonee por el parque mientras
hablaba de ansiolíticos, electroshock, terapias, psiquiátricos, traumas, programas de la tele, arneses,
bozales, perreras, veterinarios, meadas, sueños, lloros, pañales, sillitas, fueras
de juego, taconazos, entradas, palomitas, meditaciones, respiraciones, música,
limpiezas, arte, salud, vacío, silencio, de leyes y de justicia.
Siempre recordaré con agrado aquel día en que me paré a pensar y el pensar me paró a mí, me detuvo, me juzgo, culpable y me encarceló.
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