sensiblemente
embriagado,
caminando de la
mano
con mi niña rabia
y mi niño
confusión,
llego tan tan lejos
que para cuando me
doy cuenta
apenas recuerdo el
camino de vuelta
al edén del que he
venido.
Y se me agrietan los
años
pero no las murallas
de quien soy.
En ocasiones sueño
que me ves
por fin
sencillamente
natural.
Y en mi agitado
dormitar
me duermo
plácidamente
acurrucado en el
dulce regazo
de la madre de todos los planetas.
Dibujo: Irene de Madrazo
Texto : Jose Ibn
Dibujo: Irene de Madrazo
Texto : Jose Ibn
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