30 de abril de 2020

Planeta corazón de hierro



Excavo profundo en la tierra
en busca de mi raíz
casi hasta alcanzar el magma
pero no la encuentro
e inspiro el aroma de la luna
y trato
con mi pluma eléctrica
de retratar a lo invisible
de poner voz a lo innombrable
intentando
futilmente
de asir lo evanescente
tomo consciencia en un instante
de la música originaria
y me entrego a bailar a su son
sincronizado con el latir
de mi Naturaleza más profunda
para al instante siguiente
perderme entre la humanidad
y volver a ser apresado
encarcelado
por el ejército del miedo
agradecido
en silencio ante el infinito
inmóvil
bajo el huracán de fuego
estático
de la mano del niño que fui
preso
del deseo que me engendró
víctima
de la historia que me precedió
efecto
de la que antecedió a este planeta
unicoverso mágico
de los mundos que lo concibieron
perdido en el desierto de la sociedad
bago en busca de la amapola
llegando hasta los Himalayas
y al no hallarla allí con vida
caigo desconsolado
en los brazos del gran silencio
donde ni estoy yo
ni revive la amapola
ni se escribe poema alguno
y rendido
reducido a la mínima expresión humana
enarbolo la bandera blanca
de la más absoluta y sencilla
religión de la ignorancia

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