Tan sólo vestido con un traje
de seda de ignorancia
y de lino de infinito
con los ojos tan abiertos
como planetas extintos
preguntando a cada paso
si me sostendrá
este pedacito
de tierra
que piso.
Tan solo
vestido de río
de energía
de silencio
de emoción
de cariño
de miedo
de muerte
de amor
de piel
y de frío.
Tan tan acompañado
por los bosques
las montañas
y las aves
que me siento a salvo
rodeado
de cientos de animales
salvajemente
desarmados.
Tan sentido
tan perdido
tan dolido
y a la vez tan lleno
de la vida
que me encuentro
tan cerquita
de mí mismo
que revoloteo
juguetón
alado mío.
Por ello me despido
de lo dicho
de lo negado
y de lo admitido
para quedarme
tan sólo
con lo que es
solo
mío
y genuino.
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